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miércoles, 26 de julio de 2017

Hazte amigo de ti mismo

Muchas veces, cuando alguien tiene conflictos con su personalidad o se valora de forma negativa, se habla de auto aceptación como forma de superar el problema. Yo creo que esto se queda corto y suena un poco condescendiente y conformista, hay que aspirar a más, a hacerse amigo de tu propia persona.

Es fundamental ser amigo de uno mismo
Es fundamental ser amigo de uno mismo

Esto puede sonar un poco extraño, ya que normalmente la amistad se ve como una relación social entre dos personas diferentes. Sin embargo, la amistad es un sentimiento que se puede focalizar sobre cualquier entidad. Puedes ser amigo de un animal, e incluso un objeto puede llegar a despertar sentimientos de amistad. En realidad, el objeto de tu amistad constituye básicamente una referencia con la que construyes un vínculo basado en ese sentimiento, y esta puede ser perfectamente una auto referencia.

Lo que sí puede constituir la auto aceptación es una primera fase en este proceso. Una persona puede llegar a detestarse a sí misma y verse completamente llena de defectos. Para los casos más graves, resulta conveniente recibir ayuda profesional, al menos como una primera fase, pero, una vez superada, es algo que puedes hacer por ti mismo, igual que puedes llegar a hacerte amigo de otra persona sin necesidad de ninguna ayuda externa. A mí me pareció bastante útil un libro de auto ayuda muy conocido, Tus zonas erróneas, de Wayne W. Dyer.

El ser humano es quizás el único animal que puede reflexionar sobre sí mismo y sus propios pensamientos, lo que se conoce como metacognición. No solo sientes que existes, sino que la propia capacidad de valoración de esta existencia te produce a su vez nuevos sentimientos. De esta forma, no solo se puede establecer una relación con uno mismo, sino que no puedes evitar hacerlo. Hacer que esta relación sea positiva y edificante es una necesidad vital, de la que depende tu estabilidad emocional, lo contrario resulta una carga demasiada pesada.

La mejor herramienta que existe para mejorar cualquier cosa es la crítica. Incluso la crítica destructiva puede ser productiva, pues existen cosas que simplemente deben ser eliminadas o cambiadas radicalmente. El problema aparece cuando no se dispone de recursos o fortaleza suficientes para afrontarla. Cuando una persona que se desprecia a sí misma realiza un ejercicio de autocrítica, lo suele hacer adoptando un punto de vista externo, como si la crítica procediera de otra persona o de la sociedad en general, lo que produce un sentimiento de soledad e indefensión que te hunde todavía más. Si esto se convierte en una costumbre, se produce una espiral descendente que puede llevarnos incluso a sufrir una depresión.

La clave para contrarrestar esto es precisamente establecer una relación de amistad con uno mismo. Normalmente aceptamos críticas de las personas con las que mantenemos vínculos sentimentales positivos que no aceptaríamos de personas extrañas. La sociedad ha utilizado tradicionalmente de manera abusiva la sensación de mala conciencia y sentido del ridículo para manipular al prójimo, pues la historia ha estado marcada principalmente por el autoritarismo y las sociedades autoritarias y opresivas. Afortunadamente, los abusos se suelen volver contra uno, y aunque todavía se suelen utilizar profusamente estos recursos, pues nos lleva siglos abandonar las malas costumbres, parece que la sociedad está reaccionando y rebelándose contra esta tendencia, entrando en un periodo en el que el individuo tiene derecho a la autoafirmación fuera del grupo.

¿Y cómo puede llegar uno a conseguir hacerse amigo se sí mismo? Creo que no existe una respuesta única y universal a esta pregunta. Seguramente cada persona tiene que encontrar su propio camino para poder conseguirlo, pues es algo que debe adaptarse como un guante a la propia personalidad y sistema de creencias sobre el mundo. Yo no he tenido nunca que dar este paso y superar esta barrera, pues siempre me he sentido amigo de mí mismo, aunque ha habido y sigue habiendo muchas cosas que he hecho y rasgos de mi personalidad que no me han gustado nada, me ha bastado con la autocrítica para poder superarlas (aunque tengo que reconocer que he acudido dos veces en mi vida al psicólogo). Pero creo que la clave está en una frase muy antigua que lo resume todo: conócete a ti mismo.

Dicen que el roce hace el cariño. La amistad entre dos personas va surgiendo a medida que se van conociendo, y lo mismo ocurre con la amistad con uno mismo. Para conocerse, normalmente hay que hablar largo y tendido de muchos temas, por lo que el diálogo interior con uno mismo es fundamental. Yo siempre he sido bastante introvertido, aunque con los años, al ir creciendo mi seguridad en mí mismo, he llegado a hacerme bastante charlatán en ocasiones. Pero si algo he hecho continuamente a lo largo de los años, ha sido establecer un diálogo interminable conmigo mismo. Siempre estoy pensando en algo, y siempre pienso las cosas en forma de diálogo interior, algo así como si dentro de mí existiesen en realidad dos personas.

Pero para hablar con alguien resulta imprescindible tener temas de conversación e intereses comunes. Afortunadamente, siempre he sido una persona con una curiosidad e interés ilimitado por gran cantidad de temas, lo que ha supuesto una gran ventaja en este sentido. El problema que veo en muchas personas que no se valoran positivamente es precisamente una gran pasividad y desinterés por el mundo en el que viven. De nuevo, como yo no he tenido este problema, poco puedo decir acerca de cómo abordarlo. Como siempre he estado motivado, no sé lo que hay que hacer para llegar a estarlo si no tienes interés por nada. En cualquier caso, lo que si he conseguido es llegar a interesarme por cuestiones que no me resultaban ni siquiera atractivas en un primer momento. Creo que la peor vía es la directa. Es mejor dar todos los rodeos que sean necesarios. Aprender sobre cualquier cosa que te despierte un mínimo de interés es un buen punto para comenzar. Al igual que para llegar a disfrutar haciendo ejercicio hay que entrenar durante algún tiempo hasta que el cuerpo se acostumbra, vencer la inercia del desinterés lleva su tiempo. El objetivo es conseguir motivación, no saber de algo concreto. Todos los temas están relacionados de alguna manera con otros temas, por lo que, una vez que consigues meterte a fondo con algo, acabas llegando a muchos otros lugares. Como se suele decir, el hambre entra comiendo.

Un ejercicio que creo que es muy importante es el de criticar todo aquello que vas aprendiendo. La crítica no tiene por qué consistir en una oposición frontal, puede consistir simplemente en puntualizaciones. Cuando pretendes “aprenderte” algo, estar de acuerdo con lo que te están contando, te comportas de forma pasiva. La crítica te proporciona un elemento activo en el aprendizaje, y esto es lo que te puede llevar a considerarlo como algo tuyo, no algo que proviene de los demás. La crítica te proporciona además los temas de conversación que necesitas contigo mismo. Recuerda que este es el objetivo, no el convertirte en seguidor de otra persona.

Otro elemento fundamental en la amistad es la confianza, que se basa en la sinceridad, pero también en la capacidad de apoyo. Aunque se habla mucho de engañarse a uno mismo, sinceramente me parece algo imposible de realizar. Para engañar a otro uno tiene que conocer la verdad y mentir, si no, simplemente se equivoca. La equivocación se corrige fácilmente con la crítica, el escepticismo (cuidado con la seguridad excesiva sobre algo) y el aprendizaje. En cuanto a la capacidad de apoyo, es necesario disponer de recursos para poder ayudarte a ti mismo en caso de problemas. El aprendizaje, por sí mismo, ya constituye una buena base, pero no tiene por qué quedar restringido a temas intelectuales. Tener hobbies, desarrollar técnicas profesionales o hacer deporte también te proporciona recursos (y nuevos temas para aprender). Lo importante es no obcecarse en valorar lo que haces en términos de éxito o fracaso. Empieza por poner el objetivo en el auto conocimiento y la auto ayuda, lo demás es secundario. Las cosas se terminan haciendo bien con la experiencia. A todos nos cuesta y nos puede llevar años o incluso toda una vida conseguirlo. Piensa que, al principio, todo es más difícil, pero a la vez existe la ventaja de que es más fácil mejorar. Sobre todo, mucha paciencia y perseverancia.

Aunque se pueden llenar libros y más libros con estas cuestiones, esto es un simple post y ya me he extendido demasiado, así que continuaré hablando de estos temas en otros artículos. Simplemente recuerda que vas a estar siempre acompañado por ti mismo en todas las ocasiones, es mejor que os llevéis bien.

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